miércoles, 12 de noviembre de 2008

Una Reflexión sobre los Siete Saberes de Edgar Morin: Escuela y Tecnología


No obstante las adversidades en el camino hacia la conformación de una ciudadanía mundial, la educación es un baluarte, y la esperanza de la humanidad, para conocernos a nosotros mismos y coadyuvar a transformar la realidad económica y social hacia un mundo más vivible, más justo. En este contexto, la escuela del siglo XXI, y con ella, la sociedad de la información, puede ayudarnos a encontrar la ruta, superando los obstáculos, para construir la sociedad nueva que imaginamos. Reflexionemos con Edgar Morin (1999), sobre “los siete saberes necesarios para la educación del futuro”.



§ Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión
la ciencia no es infalible, la razón no es todopoderosa, Morin en este orden de ideas reconoce “que el desarrollo del conocimiento científico es un medio poderoso de detección de errores y de lucha contra las ilusiones; si bien, los paradigmas que controlan la ciencia pueden desarrollar ilusiones y ninguna teoría científica está inmunizada para siempre contra el error” Es decir, la razón puede derivar en racionalismos, alejándose de la verdad. Aun más, apunta Morin, “la teoría de la información muestra que hay un riesgo de error, bajo el efecto de perturbaciones aleatorias o ruidos (noise) en cualquier transmisión de información, en cualquier transmisión de mensajes”. Para Manuel Castells (1997), coincidentemente con Morin, en la reflexión acerca del papel del conocimiento en la construcción de una sociedad nueva afirma “creer en la racionalidad y en la posibilidad de apelar a la razón sin convertirla en diosa... y a pesar de una larga tradición de errores intelectuales a veces trágicos… observar, analizar y teorizar es un modo de ayudar a construir un mundo diferente y mejor”.

§ Los principios de un conocimiento pertinente
Creo imposible decía Pascal “conocer las partes sin conocer el todo y tampoco conocer el todo sin conocer particularmente las partes”. Pero es muy frecuente que los saberes permanezcan desunidos, divididos, fragmentados. En este sentido, Morin propone que “la educación debe promover una “inteligencia general”, apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global. Aunque el pensamiento impertinente tiende a empoderarse cada vez más, alejándose para comprender lo vivo, lo humano, la afectividad”. ¿cuál es el papel de la técnica con respecto al conocimiento de la realidad?, Morin apunta “que el problema de los humanos es el de aprovechar las técnicas pero no de subordinarse a ellas”. Castells (1995) asimismo, piensa, que “las nuevas tecnologías no deberían hacernos adoptar un tono profético, al expresar mensajes simples de determinismo tecnológico”.

§ Enseñar la condición humana
Morin estima que “la educación del futuro deberá velar por que la idea de unidad de la especie humana no borre la de su diversidad, y que la de su diversidad no borre la de la unidad”, y para Jordi Adell (1997) coincidiendo con Morin en el tema de la condición humana y la igualdad social, sostiene que “debe evitarse que las nuevas tecnologías acrecienten las diferencias sociales existentes o creen sus propios marginados”.

§ Enseñar la identidad terrenal.
Debemos cuidar el planeta, vivir en armonía, paz; pero advierte Morin, el hecho contradictorio de que “el desarrollo de la técnica nos ha traído progreso, libertad...sin embargo, el siglo XX nos ha dejado la posibilidad destructora de las armas nucleares y la muerte ecológica”, y reflexionando sobre la identidad y la conciencia terrenal, agrega, “ que reconocer el lazo consustancial con la biosfera nos conduce a abandonar el sueño prometeico del dominio del universo”.

§ Enfrentar las incertidumbres
En el mundo de hoy, todo parece borroso en todas las áreas de la vida, vamos navegando en un océano de incertidumbres, al grado que Morin llega a sostener que “los siglos anteriores siempre creyeron en un futuro repetido o progresivo, sin embargo, el siglo XX ha descubierto la pérdida del futuro, es decir su impredecibilidad”. La esfera educativa, por su parte, no está fuera de esta realidad vivencial, por eso J.M. Pérez Tornero (2000) afirma que “la incertidumbre ha llegado también a la escuela, hay crisis en el rol del profesorado, los cambios acumulados en poco tiempo han conducido a una crisis múltiple. La incertidumbre, la dubitación y la inseguridad componen el núcleo central de un problema de difícil consenso”.

§ Enseñar la comprensión
La comunicación no conlleva comprensión, Morin desarrolla esta idea y afirma que “la comunicación ha triunfado; el planeta está atravesado por redes, faxes, teléfonos celulares, modems, Internet. Y sin embargo la incomprensión sigue siendo general. La comprensión entre los seres humanos tiene progresos, pero los progresos de la incomprensión parecen mas notables. Por eso, la comprensión debe ser a la vez medio y fin de la comunicación humana”. Morin nos recuerda que ninguna técnica de comunicación, del teléfono a Internet aporta por si misma a la comprensión. “la comprensión no puede digitarse”. Para Delia Crovi (2004), “en materia de comunicación es posible advertir una inclinación hacia modelos autoritarios, las innovaciones tecnológicas que presentan las TIC e Internet, no necesariamente conducirán a la descentralización, al trabajo colaborativo, horizontal, participativo e interactivo”.

§ La ética del género humano
Advirtiendo sobre la distancia entre desarrollo tecnológico y desarrollo social, Morin sostiene que “el desarrollo de la tecnoburocracia instala el reino de los expertos en todos los campos. Así se crea una nueva fractura de la sociedad entre una “nueva clase” y los ciudadanos. El mismo proceso está en marcha en el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países ricos y los países pobres. La dominación de la “nueva clase” impide en realidad la democratización del conocimiento”. En contraste con esta idea, Diego Levis (2004) piensa que la eliminación de la brecha digital no sería la solución para los desafíos que enfrenta la humanidad (educación, desnutrición, enfermedades, desigualdad etc.) ya que dicha brecha “no es la causa sino la consecuencia de la brecha económica y social que separa a los habitantes de este mundo”. Castells (1997), en este mismo sentido aprecia que “el lado oscuro de esta aventura tecnológica es que está intrincadamente atada a las ambiciones imperialistas y a los conflictos imperialistas.”

Dada la complejidad de los fenómenos mundiales y la incertidumbre de un futuro desconocido, es importante reconocer el papel de la escuela, en cuanto a la enseñanza y desarrollo de un espíritu crítico, que cuestione con el arma de la razón, las visiones simplificadoras y deformadoras de la realidad. La educación se constituye entonces, en un instrumento para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social.


Referencias Bibliográficas

· Adell, Jordi (1997), “La sociedad de las tecnologías de la información: tendencias en educación”. EDUTEC, Revista Electrónica de Tecnología Educativa, No.7, noviembre.
· Castells, Manuel (1997), “La era de la información”, Tomo I, Economía, sociedad y cultura. Capítulo 1. Alianza Editorial, Madrid.
· Castells, Manuel (1995), “La Ciudad Informacional: tecnologías de la información, reestructuración económica y el proceso urbano-regional”, Alianza Editorial, Madrid, Introducción y Capítulo 1.
· Crovi, Delia (2004), “Educar en la red. Nuevas tecnologías y procesos educativos en la sociedad de la información”. Portal de Comunicación INCOM/UAB
· Levis, Diego (2004), “Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información: Modelo para armar”, en “Signo y Pensamiento”. Universidad Javeriana, No. 44, Bogotá.
· Morin, Edgar (1999), “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, UNESCO
· Pérez Tornero, José Manuel (2000), “Las escuelas y la enseñanza en la sociedad de la información”. En Pérez Tornero, J.M: (compilador). Comunicación y educación en la sociedad de la información, Barcelona, Paidós

1 comentario:

Tere(sa) dijo...

Cesar: muy bueno el post.. hace un par de años descubrí a Morín y –ahora más que nunca-estoy profundamente convencida de que la única forma de poder aprehender -y capitalizar- la esencia de las nuevas TICs implica un verdadero cambio de paradigma, cortar de una vez con la racionalidad imperante para abordar estas otras experiencias desde toda su complejidad...
un abrazo desde la patagonia argentina
Tere(sa)